Los jugadores adoptan el rol de aprendices de brujo y tienen una misión muy importante: reunir cinco símbolos mágicos. Sin embargo, los maestros no lo van a poner fácil: han preparado un laberinto con muros invisibles que dificultan el acceso a los preciados símbolos. Así, los jugadores deberán emplear su memoria para recordar donde se encuentran las paredes y ser los más rápidos en reunir los símbolos.
¿Preparados para que empiece la magia? El laberinto mágico utiliza un sistema de doble tablero y el uso de imanes para simular los muros invisibles. Para empezar, deberán crear el laberinto con las piezas de madera y el tablero inferior, en la misma caja. Según quién vaya a jugar, pueden ajustar la dificultad usando menos piezas, pero recuerda: ¡todas y cada una de las casillas han de tener como mínimo una entrada! A continuación, tapad el laberinto subterráneo con el tablero principal, que muestra una cuadrícula de 6×6 con símbolos mágicos impresos. Toma las fichas que muestran estos símbolos y ponlos en la bolsa de tela; después de agitarla un poco, saca una ficha y colocala en el tablero. Por último, da algunas vueltas al laberinto pronunciando un conjuro, toma tu peón y situalo en la esquina del tablero. Cuando coloques tu peón, toma también una bolita metálica, que colocarás bajo el suelo, justo debajo del peón, donde quedará suspendida en el aire por arte de magia. ¡Adelante aprendices!
Por turnos, cada jugador tirará el dado y podrá moverse tantas casillas como muestre el resultado. ¡Hay que correr para conseguir ese símbolo mágico! Siempre se pueden mover menos casillas de las que marca el dado, pero el movimiento solo podrá ser horizontal o vertical, nunca en diagonal. Si durante el movimiento se cae la bola que se encuentra bajo tus pies… ¡Has chocado contra un muro invisible! Recoge la bola, que habrá salido por una de las esquinas y vuelve con tu peón a la casilla de salida. La buena memoria es vital para recordar donde se encuentran los muros.
Cuando un jugador llegue a un símbolo mágico, se lo queda y se saca uno nuevo de la bolsa. Si un jugador se encuentra en la casilla donde hay que poner la ficha… ¡Ha tenido mucha suerte, porque se la queda! Los turnos se van sucediendo hasta que uno de los jugadores sume 5 símbolos y se proclame vencedor.
Los más pequeños disfrutarán con este juego, que gracias al ingenioso doble tablero y el uso de imanes crea un efecto verdaderamente mágico. Los jugadores ejercitarán la memoria y tentarán a la suerte en partidas dinámicas y divertidas. Saca al brujo o a la hechicera que llevas dentro y adéntrate en el laberinto mágico.